jueves, enero 31, 2008

London and de inglis pipol

Hola amigos y acólitos aspronautas. Largo tiempo ha de mi última intervención en este ciber-rincón. Se preguntarán porqué, o no se lo preguntarán, pero en cualquier caso yo se lo cuento, manteniendome fiel a mi narración continua de peripecias absurdas por el mundi.

Me complace informarles de que la semana pasada fui a Londres, corazón de la Gran Bretaña, y para mi sorpresa, descubrí la gran farsa a la que somete el actual orden mundial a mi persona; y es que, cuando uno va a Londooon, pues espera ver inglis pipol... pues nada más lejos de la realidad. En London no hay ingleses, solo hay guiris, inmigrantes, estranjeros, turistas, o como prefiráis llamarlo. En el metro ves gente de países que no me creo ni que existan (San Vicente?; Trinidad y Tobago?... por favor, si esos países sólo los ponen en el mapa para rellenar huecos, que a mi no me tangan), y a la salida del mismo, y me refiero a CUALQUIER SALIDA DE METRO, te abordan paquistaníes clónicos, o un mismo paquistaní con el don de la ubicuidad, no lo tengo claro, que quieren darte 6890384956906 veces el mismo puto periódico gratuito como si la vida les fuese en ello. Vamos, que todo es raro, raro, raro. Eso sin contar con los miles de españolitos que abanzamos cual masa de mirada bovina por sus calles dando gritos para que quede muy clarito de donde venimos, pero también hacia donde vamos, y lo carísimo que nos parece todo.
Además en London no se puede fumar en ningún sitio público, con lo que los yonkis de la nicotina, como un servidor, tenemos que perecer de frío en las aceras mientras los clientes del bar desde dentro nos señalan riéndose a carcajadas. Así mismo, tengo que hacer especial hincapié en que allí todo funciona al revés, no por un motivo señalado, sino simplemente para la gente se de cuenta de que no está en Albacete o en Soria, sino en London: El tráfico va alrevés, las mujeres tienen bigote y los hombres parecen cabras, se paga por entrar a las iglesias pero los museos son gratis, y más cosas de las que ahora mi senil cerebro no se acuerda.
De mi esperiencia en London señalo que vi a Morgan Freeman y a Jack Nicholson (o como se escriba), muy campechanos ellos y un tanto viejunos y fanegas; y para mi horror personal, también apareció mi archienemigo Creativo Ejecumierdas, que en todo me copia y que se dedicó a seguirme en mi ruta sólo para gritarme "Paleto" cada vez que me atropellaba un coche por no mirar hacia el lado que tocaba.


En fin Pilarín, que no se engañen, si van a London, dense cuenta en el avión de que en realidad no vuelan hacia ningún sitio, que solo da vueltas raritas para distraer y que les dejan en un parque temático muy tocho que probablemente no esté a más de dos manzanas de su casa.
Les dejo con una de las formas de amargarme la vida preferidas de Creativo Ejecumierdas. Para su deleite aspronauta; C.E destrozando una canción hermosa:

lunes, enero 07, 2008

Dos palabras: Chuck Norris

Por supuesto que tengo mi favorito entre los candidatos a la Casa Blanca para seguir dominando el mundo de la manera más bacina posible. Y no es otro que el viejuno de Mike Huckabee. Creo que la próxima guerra puede ser aún más destructiva, llenar el futuro mundial de un mayor renegror, y por lo tanto ser más divertida que todas aquellas emprendidas por los gobiernos gringos a lo largo de la Historia si el colega Mike gana. De hecho podía empezar a bombardear ya las caravanas del negro, el guapo y la otra para ir ganando tiempo y quitarse de enmedio rivales. Pero no es sólo él quien me ha cautivado, sino su gran baza mediática, acompañante y, Dios quiera, futuro secretario de defensa: el gran Chuck Norris.

De momento en este spot ya anuncia algo muy importante que me ha llevado a darle mi firme apoyo:



¿Cuál es mi plan de seguridad de fronteras?
Dos palabras: Chuck Norris
Además, Chuck y yo tenemos una relación fraternal de años, desde que mi madre me prohibió un día ver la serie que echaban antes de los informativos de Tele 5 porque era demasiado violenta y la encerré en el cuarto de baño y me fui a Hollywood a conocerle en persona. Le conmovió mi historia.
Aunque él se niegue a reconocerlo públicamente, pues aunque un poco tunante es bastante modesto, todo el mundo sabe que aquí nuestro amigo Chuck tiene poderes sobrenaturales. Sabemos entre las incontables muestras de ser un superhombre que ha dado a lo largo de su trayectoria que las lágrimas de Chuck Norris curan el cáncer y que puede cargar la batería de un teléfono móvil al frotarlo con su barba.