jueves, diciembre 21, 2006

A buenas horas, mangas verdes

Nuestro anhelo de un Mundo Aspronauta contrasta con determinadas actitudes que diseminan cirotes de dinosaurio en el sendero que hemos de recorrer y que nos conduce a la aspronautopía.

Una actitud muy propia de aspronao es la de meter las dedos índice y medio en el cajetín de devolución del cambio, (¿qué cambio?), de las cabinas telefónicas hasta que es imposible sacarlos. Esto da trabajo a bomberos, herreros y a amputadores de dedos. Al fin y al cabo se trata de una pieza más del engranaje económico-aspronauta global junto al robo sistemático de esas pesetillas que no se consumían y que nunca acababan de caer por parte de esa compañía tan querida por todos.


Ahora la ilegal autoridad obliga a que las cabinas devuelvan el cambio exacto. Sí, ahora que no hay cabinas en ningún lado y que nadie las utiliza. Es una medida a todas luces asproná que atenta contra uno de los pilares de la sociedad que queremos construir y que huele a zurrón de pobre y que además viene acompañada de una desproporcionada multa a la compañía antes mencionada y que es el máximo exponente del aspronamiento capitalista.

Una nueva amenaza se cierne sobre nuestra lucha.

No ni ná.

1 comentario:

  1. Anónimo2:57 a. m.

    yo me he fijado y hoy en día las cabinas de teléfonos (al menos en madrid) sólo las usan los extranjeros. ya sean turistas o inmigrantes. supongo que al menos a ellos les vendrá bien la medida :)

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